La certificación ISO 27001 ha cobrado una gran importancia en la era digital. Empresas de todos los sectores y tamaños afrontan con el auge de las TIC grandes retos en materia de seguridad de la información, protección de datos, prevención y defensa frente a ciberataques, etc.
Además no debemos olvidar que uno de los principales activos en cualquier organización es la información (información sobre sus clientes y sus necesidades, prototipos, proyectos, acuerdos…) ni tampoco la exigente regulación que existe en el campo de protección de datos (Ley de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales) , de la propiedad intelectual, de las patentes, del comercio electrónico, etc. y que afecta a las empresas. Por tanto, el gestionar de una forma eficiente la información y los datos que manejan es crucial para las empresas, tanto para crecer y desarrollarse como para salvaguardar su reputación y no incurrir en problemas legales.
Una de las mejores formas que tienen las empresas de proteger sus activos de información es desarrollando e implantando un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI) y certificándolo bajo el estándar internacional ISO 27001. También existen otras certificaciones específicas en esta materia para sectores concretos como TISAX en la automoción o el ENS en la administración pública.
¿Qué desafíos afrontan las empresas en la era digital relativos a la seguridad de la información?
Las nuevas tecnologías de la información han traído consigo muchas ventajas para las empresas. El desarrollo del comercio electrónico, las redes sociales, las soluciones en la nube, el big data, la inteligencia artificial, la realidad virtual, el Internet de las cosas y un largo etcétera permiten a las organizaciones aumentar su productividad, acceder más fácilmente a mercados internacionales, desarrollar productos y servicios más innovadores, tomar decisiones estratégicas más certeras o comprender mejor las necesidades de sus clientes.
Sin embargo, no todo son ventajas. La era digital y el auge de las TIC también también conlleva riesgos.
Los ciberataques (malware, ransomware, phishing y hacking) representan una amenaza significativa real en la era digital ya que pueden comprometer la confidencialidad, integridad y disponibilidad de la información, y pueden causar daños financieros, pérdida de datos y daños a la reputación de una organización.
Por otro lado, la pérdida o exposición no autorizada de datos confidenciales, como información personal, secretos comerciales o información protegida por la propiedad intelectual, puede tener consecuencias graves. Las organizaciones deben proteger adecuadamente los datos y establecer medidas de seguridad para prevenir fugas de datos y violaciones de la privacidad.
En este sentido las empresas deben trabajar tanto con sus propios empleados o usuarios internos (formándoles y ofreciéndoles las herramientas necesarias) como con sus proveedores a los que deben exigir un compromiso firme con la protección de datos y la seguridad de la información.
Por otro lado, las vulnerabilidades en sistemas operativos, aplicaciones y software pueden ser aprovechadas por los atacantes para comprometer la seguridad de la información. Por tanto las organizaciones deben mantener sus sistemas y aplicaciones actualizadas, aplicar parches de seguridad y realizar evaluaciones regulares a sus sistemas informáticos.
En la era digital, los dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes y tabletas, son ampliamente utilizados para acceder a información sensible. El robo o la pérdida de estos dispositivos pueden conducir a la exposición de datos confidenciales si no se implementan medidas de seguridad adecuadas, como el cifrado de datos y el bloqueo remoto.
Por último, las interrupciones del servicio, ya sea por fallos técnicos, desastres naturales o ataques cibernéticos, pueden afectar la disponibilidad de los sistemas y la continuidad del negocio. Para evitarlo las organizaciones deben implementar planes de contingencia que minimicen el impacto de tales interrupciones.
¿Cómo implementar un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI) fiable y efectivo en tu organización?
Para poder beneficiarse de todas las ventajas que trae consigo la era digital, cumpliendo a rajatabla la estricta normativa relacionada con la protección de datos y sin correr riesgos innecesarios, las empresas deben contar con un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información efectivo y fiable y que no se vaya quedando desfasado con el avance constante de las TIC. Para ello la mejor opción es diseñarlo, implantarlo y certificarlo bajo los criterios que establece norma ISO 27001.
Los pasos a seguir para certificarse en ISO 27001 son:
- Definir la política de seguridad de la información de la organización. Es fundamental que la alta dirección de la organización se comprometa con la implementación del SGSI y que asigne los recursos necesarios y trabaje por definir unos objetivos claros y crear una cultura de la seguridad de la información en la empresa.
- El segundo paso será establecer el alcance del propio SGSI. Es decir, qué activos y procesos deben ser “protegidos”.
- Análisis de riesgos. A continuación se deberán evaluar los riesgos de seguridad de la información a los que está expuesta la organización. Esto implica identificar amenazas potenciales, evaluar la vulnerabilidad de los activos de información y determinar el impacto de un incidente de seguridad.
- El siguiente paso es definir políticas y procedimiento para gestionar los riesgos detectados. La propia norma ISO 27001 incorpora muchos de ellos. Por ejemplo: definir políticas de acceso a los datos y asignar responsabilidades, establecer procesos comunes de gestión de contraseñas o copias de seguridad, controles técnicos (firewalls, intranets, antivirus, cifrado de datos…), capacitar al personal, etc.
- A continuación habrá implementar todas estas medidas y controles de seguridad mediante el desarrollo y calendarización de un plan de tratamiento que priorice su implantación de acuerdo con las amenazas y los elementos que tras el análisis de riesgos realizado se consideren más críticos.
- Y asegurarse de que los procedimientos establecidos cumplen con lo mínimo dispuesto por la norma ISO 27001.
- Por último habrá que establecer cómo se van a monitorizar y revisar todos estos procesos, activos y medidas. Después de obtener la certificación en ISO 27001, se deben realizar auditorías de seguimiento y mantener el SGSI actualizado y efectivo a lo largo del tiempo puesto que su enfoque es el de la mejora contínua.
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