Alimentación infantil y seguridad alimentaria son dos términos que deben ser inseparables. Los productos destinados a la alimentación infantil (bebés y niños de 0 a 3 años) deben cumplir con estrictas normas de calidad y seguridad alimentaria. Y es que los lactantes y niños pequeños son uno de los grupos de población más vulnerables. Proteger su integridad, su salud y velar por su correcto desarrollo es una prioridad para cualquier administración.
Regulación de la Alimentación Infantil en España
Cuando hablamos de productos de alimentación infantil nos estamos refiriendo a:
- Preparados para lactantes y preparados de continuación. Los preparados para lactantes son productos alimenticios elaborados para poder satisfacer por sí mismos todas las necesidades nutricionales de los bebés durante sus primeros meses de vida (en sustitución o en combinación con la leche materna). Por su parte, los preparados de continuación están destinados a los lactantes cuando estos ya han iniciado la alimentación complementaria (en torno a los seis meses de edad). Cuando estos preparados están elaborados totalmente a partir de proteínas de leche de vaca o de cabra se pueden denominar también leche para lactantes o leche de continuación.
- Alimentos destinados a lactantes y niños de corta edad. Son aquellos productos alimenticios destinados a satisfacer las necesidades específicas de los niños pequeños (0-3 años) en buen estado de salud, como complemento de su dieta y/o para su progresiva adaptación a la dieta familiar. Estos productos alimenticios son, entre otros, los alimentos elaborados a base de cereales y los purés de verduras, frutas y carne o pescado (popularmente conocidos como potitos).
La composición de los preparados para lactantes y de los alimentos elaborados a base de cereales y otros alimentos infantiles están regulados, entre otros, por el Reglamento (UE) nº 609/2013. Es decir, en este y otros documentos se recogen los contenidos máximos y/o mínimos que deben contener de proteínas, carbohidratos, lípidos, minerales, vitaminas, etc. También se estipula la forma en la que esta información debe ser incluida en el etiquetado de los alimentos para que sea lo suficientemente clara y no conduzca a errores.
Por otro lado, existen numerosas leyes a nivel europeo y nacional que, siguiendo las directrices del Codex Alimentarius (creado por la FAO y la OMS), velan por la calidad y seguridad de los productos destinados a la alimentación infantil.
Podemos decir que la legislación que afecta al sector alimentario infantil es abundantísima y cambiante. Entre otras cosas, la normativa obliga a los fabricantes de alimentos infantiles a implantar sistemas APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos), a obtener diferentes autorizaciones sanitarias (Ministerio de Sanidad, Comunidades Autónomas…) para poder operar, a llevar a cabo controles de calidad, a seguir ciertas directrices con respecto al etiquetado y la publicidad, a contemplar medidas de higiene y de control de la cadena de frío, etc.
¿A qué certificaciones de Seguridad Alimentaria puede optar una empresa fabricante de productos de Alimentación Infantil?
Respecto a la alimentación infantil y seguridad alimentaria, actualmente no existe ninguna norma ISO u otra certificación internacional específica. Por lo que aquellas empresas que deseen certificar su Sistema de Gestión de la Seguridad Alimentaria y mostrar a sus partes interesadas (clientes, proveedores, distribuidores, autoridades, etc.) que cumplen con la normativa vigente y que tienen un fuerte compromiso con la calidad y la salud y el bienestar de los consumidores, deberán optar por alguna de las certificaciones en Seguridad Alimentaria más habituales: ISO 22000, FSSC 22000, IFS Food, BRC…
Si deseas conocer las principales diferencias entre estas normas en nuestro blog hemos preparado una pequeña guía. También, por supuesto, puedes contactar con nosotros y nuestros consultores expertos en seguridad alimentaria resolverán cualquier duda que tengas y te ayudarán a escoger aquella que mejor se adapte a las necesidades de tu empresa.
Ventajas de implantar un Sistema de Gestión de Seguridad Alimentaria para las empresas de Alimentación Infantil
Desarrollar e implantar un Sistema de Gestión de Seguridad Alimentaria acorde a normas como la ISO 22000, BRC o IFS Food, garantizará a las empresas del sector de la Alimentación Infantil:
- El cumplimiento legal y, por tanto, se evitan sanciones, multas, etc.
- Tener una imagen de marca y una reputación fuerte.
- Tener acceso a ciertos mercados y grandes cadenas de distribución que de otra forma tendrían vetados (contar con alguna de las citadas certificaciones puede ser un requisito de acceso a los mismos).
- Evitar así solicitudes de auditorías de segunda parte, es decir, de otras empresas de la cadena de suministro que quieren tener la certeza de que se cumplen unos determinados requisitos de seguridad alimentaria y calidad.
- Minimizar riesgos. Proteger la salud de los más pequeños es una prioridad.
- Mejorar procesos. Las auditorías constantes y el enfoque en el análisis de riesgos y la mejora continua de las distintas certificaciones ayuda a las empresas a optimizar sus protocolos y sus procesos.
- Reducir costes.
- Mejorar el clima laboral.
Como vemos, implantar alguna de las normas internacionales en Seguridad Alimentaria, puede resultar muy ventajoso para las empresas del sector de la Alimentación Infantil. En RCQuality ponemos al servicio de todas estas empresas nuestra experiencia en la implantación de Sistemas de Gestión de Seguridad Alimentaria.